Hoy os hemos preparado una entrada dedicada a la sudoración en los pies de los más pequeños, con unos pequeños consejos, para que tengáis en cuenta.
Hasta pronto¡¡¡¡¡
¿Habéis oído la expresión: eres más feo que un pie? Desde luego no puede referirse a esos pequeños y preciosos pies de dedos regordetes que tienen los bebés: "dos pies que caben en un solo beso", como decía el poeta Miguel Hernández. Mantener bonitos y sanos los pies de los bebés y niños forma parte de su cuidado, ya que son y serán por muchos años su sustento. Desde que el bebé se pone en pie, la higiene de los pies y la elección del calzado infantil son importantes para evitar posibles patologías en el futuro: hongos, olor, deformaciones, durezas, heridas...
Durante la infancia, el pie del niño se va desarrollando y, en ocasiones, crece muy rápido, por ello debemos cuidar esta etapa de su desarrollo con mimo. Limpiar y enseñar a nuestros hijos progresivamente el mantenimiento y la higiene de sus pies, y atender a los materiales de los calcetines y los zapatos infantiles.
También es bueno que los niños, de vez en cuando, puedan caminar descalzos o con calcetines sobre superficies cálidas o sobre la arena de la playa o la hierba. Y para aquellos en los que el sudor sea muy persistente podéis aplicarles un chorro de vinagre o infusión de té con agua fresquita antes de acostarles. También existen sales y otros remedios farmacéuticos para evitar una excesiva transpiración.
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